El sacerdote de 45 años fue sorprendido con un nivel de 0,94 miligramos de alcohol por litro de sangre, superando significativamente el límite legal permitido para conductores. El incidente ocurrió en una carretera de Cataluña, donde las autoridades de tráfico detuvieron al cura durante un control rutinario de alcoholemia. Este tipo de infracción podría conllevar sanciones severas, incluyendo posibles multas y la retirada del permiso de conducir.
La noticia ha causado un revuelo considerable, especialmente en la comunidad donde el cura ejerce su ministerio. Líderes religiosos y laicos han manifestado su preocupación por el comportamiento del clérigo, subrayando la necesidad de mantener altos estándares morales y legales, particularmente entre quienes ocupan posiciones de influencia y liderazgo. Mientras se espera una declaración oficial por parte de la diócesis local, el sacerdote enfrenta ahora el proceso legal correspondiente.
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