Durante una comparecencia del senador Kennedy en el Congreso de Estados Unidos, un activista identificado como Cohen interrumpió el evento para lanzar una acusación contundente. Gritó que el Congreso financia las bombas que están matando a niños en Gaza, provocando una reacción inmediata entre los presentes. El incidente reflejó la creciente tensión y división en la opinión pública estadounidense respecto al conflicto en Medio Oriente, especialmente en lo que concierne al apoyo militar de Estados Unidos a Israel.
El acusador fue rápidamente escoltado fuera del recinto por agentes de seguridad, mientras los asistentes y congresistas presentes mantenían diversas reacciones, desde el apoyo a la protesta hasta el desacuerdo vehemente con la acción de Cohen. Este incidente resalta las complicaciones políticas que enfrenta la política exterior estadounidense, en particular el debate sobre su involucramiento en conflictos internacionales y el impacto humanitario de sus decisiones militares.
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