Una menor de edad ha denunciado a su expareja, afirmando que fue obligada a consumir estupefacientes durante el tiempo que estuvieron juntos. Según la declaración, la joven relata cómo su expareja ejercía una influencia coercitiva sobre ella, empujándola a consumir drogas contra su voluntad. Este caso pone de manifiesto una preocupante realidad que enfrentan muchos jóvenes, siendo presionados por sus parejas en dinámicas de poder desiguales y dañinas. La denuncia ha suscitado interés y preocupación tanto en la comunidad local como entre las autoridades, quienes investigan la veracidad de las acusaciones y el entorno en el que se produjo el presunto abuso.
El incidente ha avivado el debate sobre la necesidad de implementar más programas de concienciación y prevención dirigidos a los jóvenes, con el fin de evitar situaciones similares en el futuro. Especialistas en salud mental y educación enfatizan la importancia de abordar estos temas en las escuelas, para que los adolescentes puedan identificar comportamientos tóxicos en las relaciones y buscar ayuda cuando sea necesario. Mientras tanto, la menor recibe apoyo psicológico y orientación legal para afrontar el proceso judicial que se avecina, en busca de justicia y reparación por lo vivido. Las autoridades se mantienen alerta ante este tipo de denuncias, mostrando su compromiso en la lucha contra el abuso y el consumo forzado de sustancias en la juventud.
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