Arooj Aftab, en su tercera presentación en Barcelona, volvió a encantar al público con un espectáculo que fusiona espiritualidad y hedonismo de manera única. Dentro del Festival Grec, su actuación en Paral·lel 62 logró mezclar armoniosamente la profundidad poética de los ghazales del Medio Oriente con el humor y la frescura contemporánea. La joven, nacida en India y criada en Pakistán, demostró su habilidad para integrar distintas culturas, reflejando también su vida neoyorquina. Aftab hechizó a los presentes con una voz de mezzosoprano que se fusionó cautivadoramente con la música, dejando una huella imborrable.
Su repertorio incluyó una selección de doce temas que exploraron el amor y el olvido, destacando aspectos de la literatura clásica oriental a través de melodías apoyadas por una instrumentación occidental. Canciones como «Whiskey» y «Last Night» mostraron su enfoque dual, combinando jazz y elementos de la música clásica del Indostán. La artista ofreció momentos memorables, como el solo de silbido del contrabajista en «Saans Lo», y cerró con «Mohabbat», dejando a su audiencia ansiosa por su regreso. Su actuación fue un homenaje al intercambio cultural y a una instrumentación magistral que exaltó la belleza de su interpretación vocal.
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