Este martes a las 21:00 h (hora peninsular española), el nuevo cohete Ariane 6 despegó con éxito desde el Puerto Espacial Europeo en la Guayana Francesa. Este lanzamiento marca un hito importante en la historia de la exploración espacial europea, al reemplazar al retirado Ariane 5 y servir como una herramienta versátil y modular para misiones tanto en la órbita baja terrestre como en el espacio profundo.
El director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Aschbacher, destacó la relevancia de este evento: «No es muy frecuente lanzar un cohete completamente nuevo y su éxito nunca es una garantía. Es un privilegio para mí haber sido testigo de este momento histórico en el que una nueva generación de la familia de lanzadores europeos Ariane despega con éxito, restableciendo el acceso europeo al espacio».
A pesar del éxito en el despegue y la puesta en órbita de los satélites, el vuelo inaugural no estuvo exento de contratiempos. La etapa superior del lanzador no pudo reentrar en la atmósfera como estaba previsto, impidiendo su destrucción. No obstante, la misión es considerada exitosa por los responsables, ya que la fase crucial se desarrolló sin problemas.
Martin Sion, director ejecutivo de ArianeGroup, explicó en una rueda de prensa que este tipo de anomalías se esperan para fases de demostración, que permiten comprobar el funcionamiento de ciertos sistemas en microgravedad, pruebas necesarias para futuros vuelos.
Entre las innovaciones de Ariane 6 se encuentra el motor Vinci, capaz de encenderse tres veces durante el vuelo, y la unidad de potencia auxiliar (UPA). Ambas tecnologías funcionaron correctamente durante las primeras fases del lanzamiento, permitiendo la liberación de los satélites. Sin embargo, en la demostración, la UPA falló al encenderse una segunda vez, lo que impidió el tercer encendido de Vinci y la correcta reentrada de la etapa superior del cohete.
Este vuelo inaugural transportaba un dispensador de satélites RAMI de la empresa gallega UARX Space y un cubesat de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), demostrando la capacidad del Ariane 6 para llevar a cabo misiones complejas y multifacéticas.
El nuevo cohete se destaca por su diseño modular, versatilidad y una significativa reducción de costes del 40% en comparación con su predecesor, el Ariane 5. Con la capacidad de reiniciar su motor varias veces, podrá colocar cargas en diferentes órbitas, una característica crucial en el creciente mercado de las constelaciones de satélites.
El lanzamiento marca el regreso de la autonomía europea en el acceso al espacio, algo perdido tras el retiro del Ariane 5 y el fracaso del Vega C en su primera misión comercial. La interrupción de la colaboración con Roscosmos en 2020 debido a la guerra de Ucrania también afectó las capacidades de lanzamiento europeas, llevando a la ESA a recurrir a SpaceX.
Ariane 6 ha sido desarrollado con la participación de 13 países de la ESA, con Francia, Alemania, Italia y España entre los mayores contribuyentes. Además, unas 600 empresas europeas han estado involucradas en su desarrollo, incluyendo varias españolas como la delegación nacional de Airbus.
La versatilidad del Ariane 6 le permite lanzar cargas tanto pesadas como ligeras para diversas aplicaciones, incluyendo la observación de la Tierra, telecomunicaciones, meteorología y ciencia. Viene en dos versiones: la A62, con dos propulsores y 56 metros de altura, y la A64, con cuatro propulsores y 62 metros de altura, destinada a cargas más pesadas o misiones más lejanas.
El primer lanzamiento estaba bajo la responsabilidad de la ESA, pero Arianespace se encargará de los servicios en el futuro, con un segundo vuelo previsto para finales de año. Hasta ahora, hay 30 lanzamientos reservados hasta 2027, incluyendo 18 para la constelación de internet satelital Kuiper de Amazon y para el sistema europeo de navegación por satélite Galileo.