En julio, la inflación en Argentina alcanzó el 4% mensual y el 263,4% interanual, el índice más bajo durante la gestión de Javier Milei, aunque sigue siendo el mayor de Latinoamérica. La estabilización en torno al 4% en los últimos tres meses se atribuye a la baja en alimentos y vestimenta, mientras que aumentos notables se dieron en restaurantes, hoteles, bebidas alcohólicas, tabaco y servicios básicos. El Gobierno, que asocia la inflación a un exceso de oferta monetaria, implementó políticas de austeridad y confía en una reducción paulatina de la inflación, aunque economistas críticos señalan que la desaceleración ocurre en medio de una recesión agravada, con un pronóstico negativo del FMI y el empeoramiento de los índices de pobreza y desempleo.
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