Este sábado, un contundente grito de «justicia» se escuchó en las principales ciudades de Argentina, donde miles de personas marcharon para condenar el brutal feminicidio de Lara Gutiérrez y sus primas, Brenda del Castillo y Morena Verri. Las jóvenes, de 15 y 20 años, fueron torturadas y asesinadas el 19 de septiembre, en un hecho que ha conmocionado a la nación. Sus cuerpos, encontrados días después, mostraban signos de violencia extrema. Todo indica que fueron víctimas de una presunta banda narcotraficante, y la comunidad exige que todos los responsables enfrenten la justicia. En la emotiva marcha hacia el Congreso, los familiares de las víctimas, visiblemente afectados, agradecieron el apoyo del pueblo y clamaron por esclarecimiento.
Hasta el momento, hay 12 detenidos por su conexión con el caso, y la policía busca al presunto autor intelectual, conocido como Pequeño J, bajo una orden de captura internacional. Este crimen ha expuesto la creciente violencia de las bandas narcocriminales en Buenos Aires y sus alrededores. La comunidad, algunos de cuyos miembros acusan a las autoridades de complicidad, reclama una intervención más decidida del Estado para prevenir la escalada de violencia. Los familiares piden que el caso se investigue en el fuero federal, debido a sus vínculos con el narcotráfico, resaltando la necesidad urgente de justicia y transparencia.
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