Líbano se encuentra al borde del colapso, con la última planta de producción de electricidad paralizada por falta de combustible y una escalada de tensión con Israel que amenaza con desatar un conflicto armado. En respuesta a esta crisis, Argelia ha enviado 30.000 toneladas de petróleo provenientes de su puerto de Skikda para ayudar a reactivar las centrales eléctricas libanesas. La compañía estatal Sonatrach lidera esta iniciativa, respaldada por el presidente Abdelmadjid Tebboune, en un esfuerzo por demostrar solidaridad y cooperación entre ambos países. Mientras tanto, el ministro de Energía libanés, Walid Fayyad, anunció la recepción de fuelóleo «en préstamo» y la espera de nuevos suministros para restablecer parcialmente el servicio eléctrico, que actualmente apenas llega a seis horas diarias. En medio de la crisis energética, el gobierno intenta asegurar reservas de productos básicos ante la posibilidad de una guerra abierta.
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