El Atlético de Madrid logró avanzar a la siguiente ronda de la Copa del Rey tras un tenso encuentro ante el Cacereño en Cáceres. Durante gran parte del partido, el equipo colchonero estuvo al borde de la eliminación, con el marcador a favor del conjunto extremeño hasta el minuto 82. Fue entonces cuando Rodrigo De Paul emergió como la figura clave, contribuyendo con dos asistencias y un gol que certificaron la remontada del Atlético. El Cacereño, un equipo de una categoría notablemente inferior, no pudo sostener la ventaja inicial, especialmente después de quedarse con un jugador menos por una expulsión. El técnico del Atlético, Diego Simeone, reconoció las dificultades que enfrentó su equipo en un partido que calificó como un típico duelo de Copa, elogiando la defensa y el contragolpe del Cacereño, pero subrayó la necesidad de mejorar la contundencia ofensiva para evitar peligrosas situaciones de eliminación.
El encuentro no estuvo exento de controversias, ya que Simeone fue expulsado por protestar un posible gol fantasma de Julián Álvarez. Pese a la tensión, el entrenador argentino reflejó sobre su comportamiento y los ajustes tácticos que realizó, incluyendo tres sustituciones tras el descanso para dar mayor profundidad al juego del equipo. A pesar de las dificultades encontradas también en rondas previas, como ante el Vic, Simeone resaltó las fortalezas mostradas por su equipo en momentos críticos. Destacó el rendimiento de jugadores como De Paul y Lenglet, y cómo los cambios tácticos, aunque considerados defensivos por algunos, fueron clave para mantener la estabilidad y permitir a los jugadores clave operar en posiciones más avanzadas. Con esta victoria sufrida, el Atlético aspira a seguir mejorando su desempeño en futuras etapas del torneo.
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