Los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump han tenido un impacto significativo en el mercado tecnológico, afectando especialmente a Apple, cuyo costo de producción de un iPhone ha aumentado en aproximadamente 300 dólares. Este encarecimiento podría traducirse en un precio final de hasta 2,300 dólares por dispositivo. A pesar de esta presión económica, Apple planea aumentar el precio de sus nuevos iPhones en otoño, independientemente de los aranceles, buscando evitar vincular este ajuste a las tarifas aduaneras sobre productos importados desde China.
La decisión de aumentar los precios se justifica en parte como un medio para compensar los elevados costos generados por los aranceles y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que han obligado a Apple a trasladar parte de su producción a India y a implementar nuevas estrategias logísticas. Según informes, el modelo más básico del iPhone 16 podría llegar a costar 1,142 dólares, un incremento notable respecto a su precio actual. Sin embargo, Apple también menciona que las mejoras en tecnología y diseño podrían justificar estos aumentos, enfatizando que no desean que su estrategia de precios se vea directamente afectada por las políticas comerciales actuales.
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