La reciente caída del régimen de Bashar al Assad en Siria ha llevado a la coalición de grupos yihadistas y rebeldes a anunciar un conjunto de medidas dirigidas a establecer un nuevo mando transitorio en el país. La primera acción ha sido la designación de Mohamed al Bashir, quien anteriormente lideró el Gobierno de Salvación bajo el control de yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS) en Idlib. El mandato de Al Bashir incluye la tarea de formar un gobierno de transición que supervise una transferencia ordenada del poder, en un intento por evitar un estado de caos en la nación. Entre sus decisiones, se destacan la garantía de las libertades personales, la prohibición de interferencias en la vestimenta de las mujeres y el compromiso de preservar las propiedades públicas. Además, se impondrá un toque de queda en ciudades clave como Damasco, Latakia y Tartús.
En paralelo, el Mando General ha subrayado su compromiso con la pluralidad y el respeto a los derechos individuales al prohibir cualquier ataque contra profesionales de los medios, independientemente de su afiliación, y ha dicho que cualquier infracción será castigada severamente. La coalición ha llamado a los trabajadores del sector petrolero a regresar a sus labores y ha asegurado la pronta normalización de los transportes en la capital. Además, se ha anunciado una amnistía para aquellos reclutados para el servicio militar obligatorio bajo el régimen de Al Assad, garantizando su seguridad. Estos movimientos se producen tras una ofensiva relámpago que debilitó las fuerzas gubernamentales, obligando a Al Assad a abandonar la capital, marcando el inicio de un nuevo capítulo para Siria.
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