En España, los pensionistas, especialmente aquellos que reciben una pensión de jubilación, esperan con ansias el mes de noviembre cuando se abonará la tan esperada segunda paga extra del año, conocida como la paga de Navidad. Este beneficio es de particular importancia ya que, al igual que la paga extra de verano otorgada en junio, representa un alivio financiero clave para muchos jubilados. Aunque el importe de la paga de Navidad será igual al recibido en junio, la revalorización de las pensiones que entró en vigor a principios de este año asegura una cuantía superior a la del año pasado para muchos beneficiarios. No obstante, existe una excepción para aquellos cuya pensión deriva de un accidente de trabajo o enfermedad profesional, quienes reciben sus pagas extraordinarias de forma prorrateada a lo largo del año.
Además del cobro de la paga de Navidad, noviembre también será decisivo para los pensionistas en la medida en que el dato clave para determinar el aumento de las pensiones contributivas y no contributivas de 2025 será revelado. La revalorización de las pensiones en España se calcula en función del Índice de Precios al Consumo (IPC), un indicador esencial que asegura que las pensiones mantengan el poder adquisitivo frente al costo de la vida. Se espera que el próximo ajuste, previsto para entrar en vigor en enero de 2025, refleje un aumento basado en un IPC medio interanual de alrededor del 3,06%. Este mecanismo es crucial para brindar estabilidad económica a los jubilados ante el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población.
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