En los primeros seis meses de António Costa al frente del Consejo Europeo, las prioridades de la Unión Europea han experimentado un notable cambio, centrando su atención en el gasto en seguridad y defensa. Con la inminente cumbre de la OTAN, donde Estados Unidos presionará para incrementar el gasto en defensa del 2% al 5% del PIB, Costa busca mantener la unidad entre los Veintisiete, enfatizando la importancia de definir un método y capacidades específicas antes que simplemente fijar un porcentaje. El enfoque está en “gastar más y mejor”, abogando por la estandarización, interoperabilidad y compras conjuntas para fortalecer un sistema colectivo de defensa sin crear un ejército europeo, pero coordinando los esfuerzos de todos.
El principal desafío de Costa es construir consensos internamente y manejar la relación con Estados Unidos, especialmente con Donald Trump nuevamente en la Casa Blanca. El presidente del Consejo Europeo reconoce la necesidad de reequilibrar la carga de defensa en Europa, subrayando el éxito de la relación transatlántica. Además, la competitividad económica, el conflicto en Ucrania y la ampliación de la UE son temas centrales en su agenda. Costa enfatiza la importancia de la ampliación como inversión geopolítica, especialmente para integrar a Ucrania, Moldavia y los Balcanes Occidentales, superando obstáculos como el veto de Hungría, para asegurar estabilidad y paz en el vecindario europeo.
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