La jerarquización de las noticias ha sido un pilar del periodismo tradicional, donde los editores decidían qué evento era el más relevante y cómo debía presentarse al público. Sin embargo, el auge de las plataformas digitales ha cambiado esta dinámica, ofreciendo información sin una estructura clara que ayude a discernir entre lo crucial y lo trivial. En esta nueva era, se utiliza la locución “pero antes” para mezclar noticias de diversa importancia sin establecer un orden lógico, lo que confunde al receptor y diluye la noción de relevancia en la información recibida.
Esta práctica no solo altera la percepción de la importancia de las noticias, sino que también refleja una serie de renuncias en los principios del periodismo tradicional. Se ha observado una creciente dependencia de contenidos y fotografías proporcionadas por fuentes externas, la realización de entrevistas sin preguntas críticas y una falta de compromiso en establecer jerarquías informativas. El abandono de estos estándares tradicionales contribuye a un periodismo menos estructurado y más sensacionalista, donde la claridad y la comprensión de los hechos se ven comprometidas.
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