El año pasado se registró el fallecimiento de 48 mujeres a manos de sus parejas o exparejas, un dato que refleja una preocupante realidad en el ámbito de la violencia de género. Este incremento de casos pone de manifiesto la persistencia de un problema social que sigue afectando a numerosas familias. Las cifras alarmantes han despertado la atención de las autoridades, que se ven obligadas a reforzar las medidas de protección y prevención para intentar frenar esta ola de violencia.
Además, la situación empeora con el aumento en el número de niños y niñas que han sido asesinados en el mismo contexto de violencia intrafamiliar. Este repunte provoca un llamado urgente a la consciencia colectiva y a la acción gubernamental coordinada. Las instituciones y organizaciones no gubernamentales abogan por la implementación de iniciativas educativas y de sensibilización, con el objetivo de erradicar patrones de comportamiento dañinos desde la raíz y promover una sociedad más segura para todos sus miembros.
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