Un grupo de jóvenes realizó una protesta peculiar en el Museo del Prado, Madrid, con la intención de expresar sus críticas hacia la gestión cultural y la crisis climática. Bajo el lema de «cantándole las cuarenta», los manifestantes interrumpieron el flujo habitual de visitantes en una acción performativa que buscaba llamar la atención sobre lo que consideran una falta de acción contundente por parte de las instituciones culturales en relación con problemas medioambientales. Vestidos con camisetas llamativas y portando pancartas, los jóvenes recorrieron varias salas del museo, coreando consignas y alentando a los presentes a reflexionar sobre la urgencia de la situación climática global.
La intervención, que tuvo lugar sin incidentes mayores, fue rápidamente compartida en redes sociales, ganando una significativa cobertura mediática. Los organizadores explicaron que eligieron el Prado debido a su simbolismo como uno de los templos del arte más importantes de España, subrayando que las instituciones culturales también tienen la responsabilidad de liderar con acciones sostenibles y educativas frente al cambio climático. La dirección del museo no emitió un comunicado inmediato, pero fuentes cercanas indicaron que el personal estaba preparado para evitar cualquier daño a las obras de arte. La protesta ha suscitado un debate en torno a cómo los museos y centros culturales pueden participar activamente en la discusión medioambiental.
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