Angelina Jolie, conocida mundialmente no solo como actriz sino también como directora, activista y madre, ha transformado la percepción pública con su multifacética vida personal y profesional. A sus 50 años, Jolie ha cambiado su imagen de veinteañera explosiva y se ha consolidado como una de las celebridades más influyentes a nivel global. A pesar de no tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, su presencia en la industria cinematográfica es incuestionable, siendo reconocida por roles icónicos como el de Lara Croft y ganadora de un Oscar por su actuación en «Inocencia interrumpida». Además de su carrera en el cine, ha sido una voz firme en la defensa de causas sociales, desde la lucha contra el cáncer hasta su renuncia a la ONU para dedicarse a asociaciones que empoderan a los refugiados.
Tras una tumultuosa separación de Brad Pitt, que se completó después de ocho años de batallas legales, Jolie ha logrado que sus hijos se alineen notablemente de su lado. Su prioridad ha sido proteger y preparar a su familia para enfrentar el mundo, inculcando en ellos una fuerte identidad propia. Algunos de sus hijos ya han renunciado al apellido paterno, eligiendo llevar el apellido Jolie, lo que ha resaltado aún más el impacto de su influencia sobre ellos. Este enfoque en la identidad familiar destaca a Jolie como matriarca y guía de su clan, al tiempo que fortalece su imagen pública como una figura de resiliencia y autonomía personal y profesional.
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