Angélica Liddell ha sido galardonada con el Premio Nacional de Teatro 2025, otorgado por el Ministerio de Cultura de España, con una dotación de 30,000 euros. Este reconocimiento llega tras una prolífica carrera marcada por su estilo visceral y su capacidad para conmover y desafiar al público mediante monólogos intensos, imágenes provocadoras y escenas extremas. Liddell, nacida en Figueres hace 58 años, es autora, directora y protagonista única de sus montajes, consolidándose como una figura central del teatro contemporáneo español e internacional. Su trayectoria se inició en el teatro alternativo madrileño de los años 80 y 90, y desde entonces ha dejado una marca profunda en la escena teatral global, habiendo recibido también el León de Plata de la Bienal de Teatro de Venecia en 2013.
El galardón llega poco después de que Liddell inaugurara el Festival de Aviñón con su obra «Dämon. El funeral de Bergman», donde volvió a desatar polémica al criticar a la prensa francesa. Conocida por su teatro políticamente incorrecto y a menudo incómodo, sus representaciones han provocado fuertes reacciones del público. A lo largo de tres décadas, ha desafiado normas y expectativas en diversas obras, abordando temas como la burocracia cultural, la hipocresía social y el machismo. En 2014, anunció que no actuaría más en España debido al trato recibido, pero regresó en 2018. Su regreso quedó marcado por obras como «Vudú (3318) Blixen» en el festival Temporada Alta de Girona, donde exploró la escenificación de su propio entierro, consolidando una vez más su reputación como uno de los nombres más influyentes del teatro actual.
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