A raíz de la reciente publicación del estudio de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, el Medio Ambiente y el Trabajo de Francia (ANSES), que analiza la presencia de microplásticos en bebidas comercializadas en dicho país, ANFEVI, la Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio, valora el interés científico de este trabajo y quiere ofrecer una lectura contextualizada de los datos relativos a los envases de vidrio.
El estudio identifica los sistemas de cierre como origen de las partículas
La investigación apunta a una mayor presencia de microplásticos en algunas bebidas envasadas en vidrio, como refrescos, cervezas o tés. Sin embargo, el propio estudio atribuye esta presencia a componentes del sistema de cierre, en particular a las pinturas que recubren las cápsulas metálicas. Estas partículas podrían generarse durante el proceso de taponado, debido al roce entre las cápsulas durante su manipulación automatizada. El análisis comprobó que las partículas coincidían en color y composición con la pintura de los tapones.
Esta conclusión ha sido resaltada en la declaración oficial de FEVE (Federación Europea de Envases de Vidrio) en su página web, y también ha sido aclarada en una reciente actualización del título del estudio en la web de ANSES, que subraya el papel del cierre metálico como posible origen de la contaminación, y no el vidrio en sí.
Enfoque más amplio sobre la seguridad alimentaria
ANFEVI valora el estudio como una aportación útil al creciente interés científico por los microplásticos y agradece toda investigación que impulse mejoras en la cadena del envasado. No obstante, el análisis se centró en partículas visibles, las cuales por falta de referencias toxicológicas, su riesgo para la salud está sin determinar, y sin embargo, no se abordaron otros riesgos potenciales como los nanoplásticos o la migración química, fenómenos más ampliamente documentados y vinculados a sustancias como bisfenol A, PFAS o ftalatos, con efectos adversos conocidos, tales como el efecto de los disruptores endocrinos liberados especialmente por los plásticos o envases que hacen uso de polímeros, como los multicapa o funcionalizados.
Es relevante considerar que otros tipos de envase —como plásticos, briks o latas— requieren recubrimientos internos de estos barnices o polímeros para cumplir su función, en contacto directo con el contenido. El vidrio, por su parte, es un material inerte que no necesita recubrimientos, no migra sustancias al alimento ni al entorno, y mantiene su integridad sin alteraciones, independientemente del tipo de bebida, su acidez o el tiempo de almacenamiento.
Organizaciones independientes como Food Packaging Forum (fundación científica independiente que investiga y comunica sobre los efectos de los materiales en contacto con alimentos en la salud humana y el medio ambiente) señalan que la literatura científica recoge más de 1.500 estudios sobre migración química, y la base de datos FCCmigex evidencia que, en este aspecto, el vidrio sigue siendo el material más seguro por su menor complejidad química y mayor estabilidad.
Respaldo de la comunidad médica y científica
Este año, el XXXI Congreso Nacional de Medicina General y de Familia celebrado recientemente en España, reconoció al vidrio como herramienta eficaz de prevención en salud pública por su neutralidad y seguridad química. LaDra. Maricel Maffini, científica experta internacional en seguridad química y salud ambiental y ponente en el Congreso de Médicos, declara que: «Este estudio aporta datos relevantes sobre la presencia de microplásticos en determinadas bebidas, pero conviene enmarcarlo en un análisis más amplio. Los materiales de envasado tienen distintos perfiles de seguridad, y es importante considerar no solo las partículas visibles al microscopio, sino también la migración de sustancias químicas, especialmente en aquellos envases que son o incorporan plásticos o aditivos. El estudio revela que compuestos químicos y micro/nano partículas entran en los alimentos a lo largo de la cadena de producción y no es un evento único del envase final. Evaluar el conjunto de riesgos es clave para proteger la salud pública».
El vidrio es el único material de envasado que cuenta con la etiqueta GRAS (Generally Recognized As Safe) por la FDA (Food and Drug Administration) de EE.UU., está exento de registro bajo el reglamento REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias y Mezclas Químicas) en la UE por su inercia química, y ha sido certificado por el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) en España como libre de sustancias como BPA, ftalatos o acetil-aldehídos, sin migración hacia los alimentos o medicamentos que contiene. Karen Davies, Secretaria General de ANFEVI, añade: “La composición natural, simple e inerte del vidrio, proporciona una garantía única de neutralidad y estabilidad, ofreciendo y recibiendo confianza, tanto por su trayectoria como por la evidencia científica que lo respalda”.
Llamado a la claridad informativa por parte de ONGs
Ante el titular inicial del estudio declarando que las botellas de vidrio contienen más microplásticos que otros envases, varias organizaciones francesas del ámbito ambiental y sanitario —entre ellas No Plastic In My Sea, Surfrider Foundation Europe, Fondation Tara Océan, ASEF (Asociación de Salud y Medio Ambiente de Francia), Cantines sans plastique, Objectif Zéro Plastique y La Fresque du Plastique— realizaron un comunicado conjunto en Francia recordando que “el vidrio no libera microplásticos; los envases de plástico, ciertas pinturas con polímeros y recubrimientos poliméricos, sí”. Asimismo, invitaron a matizar los mensajes dirigidos a los consumidores, para que puedan tomar decisiones informadas, con base en una visión amplia y rigurosa de los riesgos y beneficios de cada tipo de envase. ANFEVI valora positivamente la decisión de ANSES de actualizar el título del estudio para reflejar con mayor precisión el origen de los microplásticos detectados. Esta rectificación es una muestra de responsabilidad institucional y de compromiso con la claridad informativa, especialmente en un contexto de creciente sensibilidad social hacia los temas de salud y sostenibilidad. Contar con información rigurosa, matizada y basada en la evidencia científica es esencial para orientar adecuadamente a los consumidores y preservar la confianza en los materiales seguros como el vidrio.