El magnate, quien tiene un patrimonio valorado en 3.500 millones de dólares, ha sorprendido al mundo político al convertirse en el primer ex gobernante que logra recuperar el control del gobierno. Tras una intensa campaña electoral, marcada por promesas de reformas económicas y un enfoque renovado en la inversión extranjera, el empresario ha logrado captar el apoyo tanto de votantes conservadores como de sectores más moderados. Esta victoria representa un giro significativo en el panorama político del país, consolidando a líderes empresariales como figuras influyentes en el ámbito gubernamental.
La reciente elección destaca no solo por el retorno del ex gobernante al poder, sino también por el impacto que puede tener su liderazgo en la estructura económica y social de la nación. Según analistas, su experiencia en el mundo empresarial podría traducirse en políticas más alineadas con la liberalización del mercado y un impulso a la infraestructura. Sin embargo, críticos advierten sobre los desafíos de equilibrar intereses corporativos con el bienestar social. En este contexto, la atención internacional se centra ahora en cómo esta administración abordará temas clave como la desigualdad económica y las relaciones diplomáticas.
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