En la reciente edición de los Mundiales de Natación celebrados en Singapur, España alcanzó su mejor posición histórica al ubicarse en el sexto lugar, gracias principalmente a los deportes acuáticos como la natación artística y el waterpolo. La selección destacó con nueve medallas en natación artística y dos en waterpolo. Este logro, sin embargo, contrasta con la persistente sequía en la natación en línea, donde solo un nadador español alcanzó una final. Carles Coll, entrenado en Estados Unidos, logró un modesto séptimo puesto en los 200m braza, mientras que el relevo mixto de 4×100 libre finalizó en la misma posición, aunque sin categoría olímpica.
La natación artística fue la gran protagonista, con tres oros liderados por Iris Tió en distintas categorías, bajo la dirección de Andrea Fuentes. En el waterpolo, el equipo femenino consiguió un bronce y el masculino se llevó el oro, despedida triunfal para el capitán Felipe Perrone. A pesar de estos éxitos, la natación en línea continúa en declive desde los días de gloria de Mireia Belmonte. Sean Kelly, cuya gestión fue duramente criticada, dejó su cargo después de los Juegos de París, dejando al nuevo director de rendimiento, Santi Veiga, la difícil tarea de revitalizar un sector que ha visto a promesas juveniles como Emma Carrasco y Alba Vázquez fracasar en Singapur.
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