Residir en Cataluña presenta desafíos para una andaluza que relata su experiencia en redes sociales. La barrera idiomática entre el catalán y el castellano provoca confusiones tanto para locales como foráneos. Esta joven destaca su dificultad para entender términos básicos, como los horarios de las comidas, y cómo pequeños errores pueden llevar a malentendidos significativos. La situación revela una necesidad de apertura y adaptación lingüística en la comunidad para facilitar la integración de nuevos residentes y personal externo, especialmente en sectores como el sanitario. La comunicación en castellano podría simplificar estos problemas mientras se aprende catalán.
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