La Lotería de Navidad, celebrado cada 22 de diciembre en España, es un evento emblemático que congrega a millones de personas con la esperanza de escuchar los números premiados en las voces de los niños de San Ildefonso. Más que un simple sorteo, este acontecimiento se ha convertido en una tradición que fortalece los vínculos sociales, ya que es común que la gente comparta décimos con familiares, amigos y colegas, multiplicando las posibilidades de ganar y generando un ambiente de comunidad. A pesar de su coste oficial de 20 euros por décimo, existen comercios y plataformas que cobran un recargo adicional, lo que ha generado un debate sobre la legalidad y las implicaciones de esta práctica.
La normativa establece que el precio debe ser fijo, y cualquier recargo constituye una infracción que puede enfrentar multas de hasta 30,000 euros. No obstante, hay excepciones en las participaciones de entidades sociales, donde un pequeño recargo es considerado una donación y está permitido con el consentimiento de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE). Los establecimientos que aplican un sobrecoste sin autorización pueden estar engañando a los consumidores, quienes tienen derecho a conocer el precio real de sus compras. SELAE insta a los compradores a denunciar estas prácticas, mientras que aconseja asegurarse de comprar los décimos en puntos autorizados para evitar sorpresas. Además, quienes resulten agraciados deben tener en cuenta que, sobre los premios superiores a 40,000 euros, Hacienda aplica un gravamen del 20%.
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