El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado controversia internacional tras anunciar un plan para expulsar a dos millones de palestinos de la Franja de Gaza, con el objetivo de transformar el área en un destino turístico similar a la «Riviera» francesa. Esta propuesta, considerada por muchos como un plan inmobiliario, ha sido rápidamente rechazada por la comunidad internacional y ha sorprendido incluso a miembros del Partido Republicano y del Departamento de Estado. Israel, donde el primer ministro Benjamín Netanyahu se ha mostrado abierto a la idea gracias a la mediación de Trump, ya ha comenzado a trabajar en los detalles de una deportación a gran escala, tras una prolongada guerra que ha devastado la región.
La viabilidad del plan de Trump es ampliamente cuestionada, siendo calificado como poco realista e ilegal por diversas voces internacionales, incluyendo a China, Egipto y Jordania, que se han opuesto firmemente. Analistas como Andreas Krieg sugieren que Trump podría estar usando la propuesta como un medio de presión para negociar con los estados del Golfo, mientras que otros, como James Gelvin, consideran que cualquier intento de implementar el plan violaría el derecho internacional y pondría a prueba la paz regional. Los expertos coinciden en que la resistencia palestina y la negativa de los países vecinos a aceptar nuevos desplazados son barreras insuperables para la ejecución de este controvertido proyecto, emergiendo una vez más la necesidad de una solución dialogada para garantizar un futuro sostenible para Gaza.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.