En 2024, San Francisco ha experimentado un giro significativo en su enfoque hacia la regulación del uso de la tecnología por parte de las fuerzas del orden. La ciudad, conocida por ser pionera en la implementación de políticas que restringen el uso de tecnologías de vigilancia, como la prohibición del reconocimiento facial y el establecimiento de la Ordenanza de Tecnología de Vigilancia de 2019, se enfrenta ahora a un retroceso que ha despertado preocupación entre defensores de la privacidad y la transparencia.
El catalizador de este cambio ha sido la aprobación de la Propuesta E, un referéndum que, al ser sancionado por los votantes el pasado mes de marzo, permite al Departamento de Policía de San Francisco (SFPD) experimentar con tecnologías de vigilancia durante un año sin necesidad de obtener aprobación previa. Esta medida ha desmantelado esencialmente las salvaguardias establecidas por la Ordenanza de Tecnología de Vigilancia, que obligaba a las agencias municipales a recibir la aprobación del cuerpo legislativo local antes de implementar nuevas herramientas de vigilancia.
El uso de drones por parte del SFPD ha puesto de manifiesto las implicaciones de la Propuesta E. En su apresurado despliegue, el departamento no cumplió con la ley estatal AB 481, que requiere la aprobación del organismo gubernamental local para la adquisición de equipamiento militar, incluidos drones. Este incumplimiento resaltó la falta de mecanismos de aplicación efectiva dentro de la legislación, situando a los ciudadanos en una posición vulnerable y dependiente de su capacidad de movilización para exigir el cumplimiento de la ley.
En respuesta a las críticas y demandas ciudadanas, el Fiscal General de California intervino recordando a las agencias sus obligaciones legales, subrayando la necesidad de adherirse a los procedimientos establecidos para salvaguardar la privacidad y los derechos civiles de los residentes.
Organizaciones como la Electronic Frontier Foundation (EFF), con sede en la ciudad, continúan desempeñando un papel crucial en esta lucha. La EFF ha mantenido su postura firme en defensa de un uso equitativo y seguro de la tecnología, trabajando incansablemente para denunciar las infracciones y abogar por la restauración de medidas de protección que posicionaron a San Francisco como un líder en gobernanza tecnológica responsable.
A medida que San Francisco navega por estos cambios regulatorios, la tensión entre innovación tecnológica y privacidad ciudadana sigue siendo un tema primordial que definirá el futuro del uso de tecnología por parte del Estado. Los próximos movimientos del SFPD y la respuesta de la comunidad determinarán cómo se desarrollará este delicado equilibrio en uno de los epicentros tecnológicos y culturales más importantes del mundo.