En la última década, el número de jóvenes menores de 18 años condenados por delitos ha experimentado una disminución significativa del 13,2% en todo el país, según revelan los últimos datos publicados. Este descenso refleja un cambio en las tendencias delictivas juveniles y sugiere posibles mejoras en la prevención y en las políticas de rehabilitación para menores infractores. A pesar de esta reducción a nivel nacional, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se destacan como los territorios con el mayor índice de condenas entre menores, situación que requiere una atención específica para abordar y mitigar las causas subyacentes en estas regiones.
El informe sugiere que las estrategias enfocadas en la educación, programas de integración y medidas preventivas han podido contribuir al descenso de las cifras en muchas regiones, aunque aún existen desafíos pendientes en determinados áreas geográficas. La situación en Ceuta y Melilla, por ejemplo, requiere un enfoque multidisciplinario que abarque aspectos sociales, económicos y educativos para reducir las tasas de criminalidad juvenil. Las autoridades locales y nacionales están llamadas a redoblar sus esfuerzos, implementando políticas específicas que atiendan a las particularidades de estas ciudades para que sus índices se alineen con la tendencia a la baja observada en el resto del país.
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