La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un ambicioso proyecto bajo el programa «Pueblos con vida», con la intención de revitalizar y embellecer las zonas rurales de la región. Dotado con 1,5 millones de euros, el programa tiene como objetivo principal fijar población en las áreas menos habitadas, promover su desarrollo económico, y equilibrar la distribución de servicios básicos a lo largo del territorio madrileño.
Estas ayudas, que en años anteriores se destinaban exclusivamente a pueblos con menos de 10.000 habitantes, estarán disponibles para su solicitud a lo largo de este año. Los criterios y detalles específicos de las ayudas se encuentran accesibles en la web institucional de la Comunidad de Madrid. Los fondos permitirán principalmente la mejora de infraestructuras, incluyendo el repaso y perfilado de suelos y cunetas, así como el desbroce y poda de vegetación acumulada en calzadas.
El impacto positivo de la iniciativa ya se palpa en el terreno. Desde su lanzamiento en 2023, se han completado 106 kilómetros de sendas rurales en varios municipios. Entre las localidades beneficiadas se encuentran Anchuelo, Becerril de la Sierra, Berzosa del Lozoya, Brea de Tajo, y otros diecisiete municipios. Estas acciones han contribuido significativamente al embellecimiento y mejora de la calidad de vida en estos pueblos, sentando las bases para un futuro más prometedor.
Más allá de los logros ya conseguidos, el programa tiene prevista la expansión de sus obras a 89 kilómetros adicionales en 22 localidades. Esta fase del proyecto incluye tanto nuevos municipios como el retorno a localidades previamente beneficiadas, como Anchuelo y Villarejo de Salvanés.
El alcance de «Pueblos con vida» no solo mira por la estética y comodidad de las vías rurales. Este esfuerzo es, además, un intento por revivir la vida rural, equilibrar la carga demográfica de la Comunidad de Madrid y proporcionar servicios básicos esenciales que propicien el asentamiento de nuevas generaciones en lugares tradicionalmente menos poblados. El proyecto parece augurar un futuro en el que los pueblos, a menudo eclipsados por el brillo de la capital, puedan florecer con luz propia.