Una pareja británica se encontró en una situación incómoda en el aeropuerto de Birmingham al intentar volar a Palma de Mallorca con Ryanair. A pesar de tener boletos, fueron informados por el personal de la aerolínea de que el vuelo estaba lleno y solo quedaba un asiento disponible. Frente a la decisión de que uno de ellos viajaría solo, Helena Boshwick optó por perder su asiento y embarcar junto a su pareja, Scott McCormick. Sin embargo, al regresar al mostrador, se les exigió el pago de un nuevo billete de 116 euros por Helena, a pesar de que no utilizaría su primer pasaje.
El portavoz de Ryanair explicó que la situación se debió a un cambio de aeronave, lo que resultó en una reducción de espacios disponibles. Ambos pasajeros, indignados por lo sucedido, alegaron sentirse discriminados por ser una pareja joven sin hijos. A pesar de las políticas comunes de las aerolíneas sobre el overbooking, en este caso, la pareja tuvo que afrontar un gasto adicional y esperar durante cuatro horas para el siguiente vuelo. Aunque Ryanair les ofreció un reembolso, la experiencia ha dejado un mal sabor de boca entre los viajeros, quienes consideran que la falta de asientos previamente reservados pudo haber influido en su problema.
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