En un inusual giro de los acontecimientos durante una cumbre de ministros de Asuntos Exteriores en Berlín, una pregunta acerca de posibles asuntos personales entre figuras políticas se coló en la agenda. La revista alemana Bunte, especializada en temas del corazón, lanzó especulaciones sobre una posible relación sentimental entre la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, de 43 años, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, de 62. Las fotografías compartidas por Baerbock en sus redes sociales, donde ambos diplomáticos aparecen sonrientes y relajados, han alimentado estos rumores. A esto se suma la reciente separación de Baerbock de Daniel Holefleisch, con quien tiene dos hijas. No obstante, la pareja ha asegurado que su separación se produjo sin la intervención de terceras personas, subrayando su compromiso con el bienestar de sus hijas.
Aún así, las declaraciones del ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, quien califica de "pura desinformación" tales rumores, ponen en evidencia el potencial uso de estas especulaciones como herramientas de desestabilización política, especialmente en el contexto electoral alemán. Tanto Annalena Baerbock como Antony Blinken dejarán sus cargos en 2025, coincidiendo con una serie de cambios políticos en EE.UU. tras la próxima toma de posesión de Donald Trump, y en Alemania, donde las elecciones están adelantadas para el próximo 23 de febrero. En Alemania, la votación de una moción de confianza en el Parlamento podría desembocar en un cambio de gobierno, mientras los Verdes, el partido de Baerbock, se perfilan como posibles socios de coalición para el bloque CDU/CSU. La situación refleja una coyuntura política en la que las relaciones personales y las estrategias electorales emergen como ejes de discusión en el ámbito internacional.
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