El reciente retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y sus amenazas de deportaciones masivas han generado un clima de inquietud entre los inmigrantes indocumentados, afectando sectores clave de la economía, como la agricultura en California y la hostelería en Illinois. En Central Valley, la falta de trabajadores ha comenzado a impactar la recogida de cítricos, lo que podría llevar a un alza notable en los precios de limones y naranjas. Norm Groot, director de las granjas del condado de Monterey, expresó su preocupación por la potencial pérdida de hasta 55,000 trabajadores esenciales para la cosecha. En el otro extremo del país, Sam Toia, presidente de la Asociación de Restaurantes de Illinois, también mostró su inquietud, subrayando que tales medidas pondrían en riesgo la estabilidad económica al elevar la inflación y llamó al gobierno a otorgar permisos de trabajo a más inmigrantes.
Según la American Community Survey, en 2022, 11 millones de personas residían en el país sin autorización, y ocho millones de ellos conformaban una fuerza laboral crucial que contribuyó con casi 100,000 millones de dólares en impuestos. Expertos advierten que las industrias de construcción, agricultura y cuidados, entre otras, sufrirán un déficit significativo de trabajadores si las deportaciones se llevan a cabo. Más allá de la economía, organizaciones y autoridades locales, como el gobernador de Illinois, JB Pritzker, están organizando seminarios para informar a los inmigrantes sobre sus derechos ante posibles redadas. A pesar del temor, hay llamados a la comunidad y a los líderes políticos para que se opongan a las medidas de Trump, considerando el profundo impacto social y económico que estas podrían acarrear sobre la estructura laboral de Estados Unidos.
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