En un escenario donde la competencia entre gigantes tecnológicos se intensifica, AMD ha emergido como un líder indiscutible en el mercado de procesadores, consolidando su presencia frente a su tradicional rival, Intel. Según los datos de ventas de marzo de 2025 en Amazon Estados Unidos, AMD ha capturado un notable 78.74% del total de las CPUs vendidas, despachando más de 31,600 unidades. En comparación, Intel apenas ha alcanzado las 7,500 unidades, lo que representa un 21.26% del mercado. Esta diferencia se traduce también en los ingresos, con AMD generando aproximadamente 7.8 millones de dólares, y dejando a Intel con menos de 1.5 millones.
El indiscutible líder del mercado es el Ryzen 7 9800X3D, que ha vendido más de 6,000 unidades, con expectativas de alcanzar las 7,000 al cerrar el mes. Este procesador se ha consolidado como la opción preferida para gamers y creadores de contenido, ofreciendo un rendimiento excepcional sin la necesidad de invertir en la gama más alta. A pesar de la actualización a la serie Ryzen 9000, los modelos AM4 todavía demuestran una gran demanda, destacándose el Ryzen 5 5500 como el segundo más vendido, gracias a su atractiva relación calidad-precio por debajo de los 90 dólares.
Intel, por su parte, ha mostrado una presencia residual en el top 10 con solo dos modelos: el Core i5 12400F y el Core i7 12700K, de la generación Alder Lake. Aunque estos procesadores mantienen una oferta competitiva, la nueva serie Core Ultra 200S ha sido considerada un fracaso en ventas. El Core Ultra 7 265K apenas logró superar las 500 unidades, reflejando un difícil panorama para la compañía.
Uno de los factores claves detrás del éxito de AMD es su efectiva estrategia de precios, especialmente en los segmentos medio y bajo del mercado. Mientras Intel ha avanzado en innovaciones tecnológicas dentro de sus chips, como la inteligencia artificial y gráficos integrados, muchos consumidores continúan priorizando el rendimiento y el coste por núcleo. La madurez y estabilidad de las series Ryzen 5000 y 7000 también han sido puntos a favor, junto con la retrocompatibilidad de las placas base AM4 que facilita las actualizaciones sin requerir grandes inversiones.
De cara al futuro, aunque el mercado de procesadores se enfrenta a retos derivados de la coyuntura económica y la desaceleración del mercado de PCs, AMD ha logrado mantener e incluso ampliar su cuota en el canal minorista. Intel, aunque sigue fuerte en sectores como los centros de datos y la industria empresarial, enfrenta el desafío de recuperar terreno en el ámbito doméstico y entre los entusiastas, un terreno donde AMD ha logrado un decisivo liderazgo.
Con nuevos lanzamientos en el horizonte y la eventual integración de tecnologías de inteligencia artificial en los procesadores de próxima generación, la competencia entre AMD e Intel promete intensificarse en los próximos trimestres, manteniendo a los consumidores y analistas atentos a cada jugada de los titanes tecnológicos.