En los últimos tres años, Amazon ha llevado a cabo un significativo proceso de reestructuración que ha resultado en la eliminación de aproximadamente 27.000 puestos de trabajo. Este recorte, ejecutado de manera gradual, representa uno de los mayores ajustes de personal en la historia de la empresa, que nunca antes había realizado una reducción tan extensa de manera conjunta. Esta estrategia refleja un enfoque hacia la optimización y eficiencia operativa en un contexto económico desafiante y competitivo, donde la compañía busca mantener su liderazgo en el comercio electrónico y otros segmentos tecnológicos.
El impacto de estas medidas no solo se ha sentido internamente, sino que también ha generado inquietud y debate acerca del futuro del empleo en el sector tecnológico. Mientras Amazon argumenta que estas decisiones son necesarias para alinearse con sus objetivos de crecimiento sostenible, expertos y analistas han expresado preocupación sobre la estabilidad laboral en la industria. Estos despidos masivos subrayan la necesidad de adaptabilidad en un entorno empresarial en constante evolución, donde las decisiones corporativas tienen profundas implicaciones tanto para la fuerza laboral como para el mercado en general.
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