La transformación de la burgalesa de ser una figura destacada en las pasarelas internacionales de moda, como las de París y Nueva York, a convertirse en emprendedora en el ámbito de la gastronomía y la viticultura, ha capturado la atención. Decidió volver a sus raíces familiares en la prestigiosa zona vinícola de la Ribera del Duero, un lugar conocido como la milla de oro del vino. En este entorno, su primer gran desafío fue la apertura de un restaurante gastronómico, que se ha posicionado como un destino culinario en la región, combinando la pasión por la alta cocina con el amor por la tradición vitivinícola.
El restaurante no solo busca ofrecer una experiencia culinaria excepcional, sino que también se compromete a resaltar los productos locales y los vinos que rodean la zona, creando una sinergia perfecta entre la gastronomía y el vino. Su transición del mundo de la moda al del vino y la gastronomía demuestra una capacidad de adaptación y un deseo de conectar con sus raíces. La apertura del restaurante no solo añade valor a la oferta gastronómica local, sino que también refuerza la importancia de las tradiciones familiares en la innovación empresarial dentro del sector.
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