Amaral deslumbró en Zaragoza con su regreso al pabellón Príncipe Felipe, donde 10.700 espectadores vibraron con la energía del dúo. En su ciudad natal, Eva Amaral y Juan Aguirre desplegaron un concierto cargado de sentimientos y memorias, presentando su noveno álbum, «Dolce Vita». La multitud disfrutó de un recorrido musical que combinó nuevos temas con éxitos clásicos, destacando la interpretación acústica de «Tardes» y el inesperado dúo con Juanjo Bona. La emoción y el patriótico fervor de tocar en casa fueron palpables en cada acorde, mientras la escenografía enriquecía una noche inolvidable.
El espectáculo cuidó cada detalle, desde la profunda carga social de las letras hasta una elaborada producción visual. Eva capturó al público al volar sobre el escenario ataviada con un vestido rojo, en un guiño cinematográfico que evocaba las películas de Paula Ortiz. La banda, compuesta por talentosos músicos como Laura Sorribas y Mini Moreno, complementó la experiencia con una rica sonoridad que reforzó el impacto de canciones emblemáticas como «Sin ti no soy nada» y «Hacia lo salvaje». El clímax de la noche llegó con la ejecución de temas comprometidos socialmente, cerrando con ovaciones que difícilmente dejaron al dúo abandonar el escenario. Una noche para el recuerdo en la que el público maño demostró, una vez más, su amor incondicional por Amaral.
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