El escándalo envuelve al eurodiputado Alvise Pérez, quien, según ha revelado Álvaro Romillo, fundador del desaparecido Madeira Invest Club, recibió 100.000 euros en efectivo durante la campaña electoral del pasado junio. Pérez, quien fundó el partido Se Acabó la Fiesta y obtuvo un escaño en el Parlamento Europeo, aceptó el dinero entregado en mano por Romillo en la sede de la empresa Sentinel BQ en Madrid. Esta transacción se llevó a cabo sin registro contable, en contra de las leyes de financiamiento de partidos políticos que buscan prevenir el manejo de dinero negro y garantizar la transparencia en los procesos electorales. Romillo, que ahora colabora con la Fiscalía tras el cierre abrupto de Madeira Invest Club y las numerosas personas afectadas, aportó documentos y detalles que comprometen a Pérez.
De acuerdo con las declaraciones de Romillo, Pérez utilizó estos fondos, en parte, para costear su campaña electoral y cubrir su promesa de donar su sueldo de eurodiputado, intención que expresó en un mensaje al financiero. El manejo discreto de esta suma y su falta de registro buscaba evadir el control del Tribunal de Cuentas, que audita las finanzas de las formaciones políticas. La normativa electoral española exige una estricta contabilidad de ingresos y gastos de cada campaña para asegurar una competencia justa entre los candidatos y prevenir la corrupción. Este caso, al darse a conocer, podría desencadenar consecuencias legales graves para el hoy eurodiputado y suscitar un intenso escrutinio sobre el control de prácticas irregulares en la financiación de campañas políticas.
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