En un ambiente de festividad y solemnidad, Alcalá de Henares ha vuelto a ser el epicentro de la cultura española con la entrega del prestigioso Premio Cervantes, especialmente significativo este año por su protagonista, el escritor Álvaro Pombo. La ceremonia, uno de los hitos más relevantes en el ámbito literario hispano, tuvo lugar en el emblemático Paraninfo de la Universidad Cisneriana, donde Sus Majestades los Reyes, don Felipe y doña Letizia, encabezaron la celebración.
La jornada comenzó con un homenaje tradicional que ya forma parte del ADN de Alcalá: la colocación de una corona de laurel en la estatua de Miguel de Cervantes, situada en la plaza que lleva su nombre. La corporación municipal, liderada por la alcaldesa Judith Piquet, participó en la procesión cívica, recordando el día en que el inigualable autor del Quijote fue sepultado en 1616.
La Plaza de San Diego se transformó en un hervidero de emoción y orgullo, convocando a centenares de alcalaínos y visitantes que acudieron para rendir tributo y celebrar la cultura, convirtiendo a esta localidad, un año más, en el corazón palpitante de las letras españolas. La presencia de destacadas personalidades de la vida política y cultural, como el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, añade aún más relevancia a la ocasión.
Judith Piquet, profundamente emocionada, resaltó la importancia de este evento en el contexto cultural y social de la ciudad. “Celebramos el legado del alcalaíno más universal, nuestro querido Cervantes, en una jornada donde Alcalá se viste de gala para convertirse en la capital cultural de nuestra lengua”, afirmó. Este acto es solo el preludio de un extenso programa enmarcado en el Festival de la Palabra, que ofrecerá más de 70 actividades culturales, desde encuentros con autores hasta exposiciones, teatros y música, en 22 espacios diferentes a lo largo de la ciudad.
La invitación de la alcaldesa a celebrar la literatura y la imaginación ha dado paso al verdadero maratón cultural que Alcalá de Henares ofrece en estos días primaverales. Esta fiesta cervantina refuerza el estatus de la ciudad como un santuario de las artes y las letras en el idioma español, manteniendo vivo, año tras año, el legado del ilustre escritor y enriqueciendo la vida cultural de la comunidad. En definitiva, un 23 de abril que Alcalá de Henares celebrará intensamente, reafirmándose como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, y perpetuando el espíritu cervantino que tanto caracteriza a esta histórica localidad.