En su reciente entrevista con Fox News, el expresidente estadounidense Donald Trump ha puesto sobre la mesa su postura ambigua respecto al conflicto en Ucrania y su relación con Rusia. Trump sugirió que aún no está claro si Ucrania permanecerá independiente o caerá bajo control ruso, a pesar de su promesa de lograr la paz «en 24 horas». Trump también enfatizó la necesidad de que Ucrania compense a Estados Unidos económicamente por el apoyo militar y financiero recibido, proponiendo un intercambio sustancial en tierras raras valuado en cerca de 500,000 millones de dólares. Mientras tanto, su administración continúa planeando una serie de visitas a Europa y Ucrania para fortalecer los lazos internacionales, con el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el vicepresidente JD Vance liderando los esfuerzos diplomáticos en el continente.
En el ámbito europeo, el papel central de los países del continente en el manejo de la crisis ucraniana es cada vez más evidente. La administración Trump espera que Europa tome una postura de liderazgo tanto en la seguridad como en el apoyo financiero a Kiev, reflejando un cambio en el enfoque de Estados Unidos hacia una participación más condicionada. La seguridad de Ucrania sin el respaldo directo de Estados Unidos es una preocupación subrayada por el presidente Volodimir Zelenski, quien advierte sobre las implicaciones de un posible control ruso sobre recursos estratégicos como el uranio y el titanio. En paralelo, las condiciones exigidas por Moscú, incluyendo la neutralidad de Ucrania y su desvinculación de la OTAN, revelan la complejidad de un posible acuerdo de paz, dejando a los europeos y ucranianos escépticos ante cualquier concesión rusa y alertas sobre el futuro del conflicto.
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