En junio de 2025, la violencia machista sigue siendo un problema estructural que atraviesa hogares, espacios públicos y centros de trabajo en el Estado español. Este azote no solo afecta a mujeres cis, sino también a colectivos vulnerables a la opresión patriarcal. En lo que va del año, 44 mujeres han sido asesinadas, alcanzando la escalofriante cifra de 2.070 feminicidios documentados desde 2003.
Recientemente, 13 feminicidios han conmocionado al país, coincidiendo con el inicio del verano, un período en el que la falta de redes de apoyo exacerba la violencia contra mujeres y menores. Entre las víctimas, nombres como María Varela Pinedo, de Aldeanueva del Camino, y Susana Sierra González, de Gijón, recuerdan la cruda realidad de quienes sufren este tipo de agresiones.
El incremento de la violencia vicaria y perpetrada por familiares directos es alarmante. La trágica muerte de Jasmine Eva G., de 13 años, y Samuel, de solo dos años, junto a su madre en Algemesí, evidencia la necesidad urgente de mejorar la protección a la infancia. Desde 2003, más de 1.860 niñas y niños han quedado huérfanos por violencia machista, con al menos 970 siendo menores de edad.
La Coordinadora General de Trabajadores (CGT) ha emitido un comunicado exigiendo medidas más efectivas para enfrentar esta lacra. Subrayan la ineficacia de los sistemas de protección actuales, evidenciada por casos como el de Maritza Hellen, asesinada a pesar de tener una orden de alejamiento. Ante esta situación, CGT exige a las instituciones una coordinación más eficaz y la implementación de medidas de protección adecuadas.
Además, en el marco del Día del Orgullo, la CGT resalta la necesidad de un enfoque combativo que abarque la lucha contra la violencia estructural e interseccional que enfrentan las personas LGBTIQA+. La organización llama a participar en movilizaciones y acciones que promuevan un cambio real y la erradicación de toda forma de discriminación.
La CGT propone varias acciones, entre ellas, la prevención y protección frente a todas las formas de violencia, apoyo especializado a las víctimas, refuerzo de los protocolos de actuación y asignación suficiente de recursos económicos para implementar estas medidas.
Subrayan la importancia de aplicar de manera efectiva las leyes existentes, como la Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Género, y aseguran que construir un sistema que prevenga y transforme la violencia desde la raíz es imperativo. La lucha contra la violencia machista sigue siendo urgente, imprescindible y colectiva, un llamado a la acción que no puede ser ignorado.
Fuente: CGT