La Semana Santa 2025 en Madrid ha concluido dejando tras de sí una estela de fervor, arte y un renovado interés por parte de residentes y turistas. A pesar de las ocasionales lluvias que obligaron a modificar algunas actividades, las celebraciones se desarrollaron exitosamente, confirmando el atractivo cultural y turístico de la capital.
El Área de Cultura, Turismo y Deporte realiza un balance positivo de esta edición, destacando la combinación única de tradición, música, gastronomía y arte que ofreció Madrid. La ciudad, con su vasta programación, se reafirma como un destino prominente durante estas fechas, conjugando la solemnidad religiosa con el dinamismo de una urbe moderna.
Las procesiones, particularmente aquellas en la carrera oficial, consiguieron reinstaurar el fervor en el centro histórico, un esfuerzo adicional del Consistorio en conjunto con las cofradías y hermandades que evidenciaron un nuevo éxito. Por su parte, el ciclo de Música de Órgano de San Ginés, en su 18ª edición, y el concierto de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid en la Catedral de la Almudena fueron auténticos imanes de público, logrando un lleno total y una asistencia de 1,200 personas, respectivamente.
Las emblemáticas saetas, cantadas desde los balcones históricos del centro, mantuvieron su intensidad característica. Aunque algunas actuaciones fueron trasladadas al interior de los templos debido a las inclemencias del tiempo, no perdieron su emotividad. La exposición de carteles de cofradías y hermandades en la Plaza Mayor también destacó, siendo un puente visual hacia la riqueza iconográfica de la Semana Santa madrileña.
En el ámbito culinario, la Ruta de las Torrijas fue de nuevo un éxito. Organizada por el Área de Economía, Innovación y Hacienda junto a ASEMPAS, ACYRE y Mercados de Madrid, esta iniciativa gastronómica permitió a los ciudadanos y visitantes disfrutar de este dulce tradicional en múltiples puntos de la ciudad.
La tradicional tamborrada de Resurrección, con participación de la Cofradía de la Coronación de Espinas de Zaragoza, puso el broche final a las celebraciones. Organizada en colaboración con la Real e Ilustre Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo y el Ayuntamiento, el estruendo de los tambores fue un vibrante recordatorio de la rica tradición cultural de la capital.
El Ayuntamiento de Madrid, satisfecho con los resultados, enfatiza el éxito de estas celebraciones como una celebración viva y en evolución, con el objetivo de continuar atrayendo a nuevos públicos y aumentar su proyección internacional en futuras ediciones. La colaboración de diferentes asociaciones y sectores ha sido clave, y el Consistorio ya mira hacia el futuro con planes para mejorar aún más la calidad y el alcance de la Semana Santa madrileña.