En un día marcado por las adversidades climáticas, la celebración religiosa de la Archicofradía Primaria de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli se convirtió en un acto de devoción en la puerta de la basílica del mismo nombre, ubicada en pleno centro de Madrid. La tradicional procesión de Viernes Santo, suspendida debido a las condiciones meteorológicas, no impidió que los fieles se congregaran para rendir homenaje a la venerada imagen.
El alcalde José Luis Martínez-Almeida, acompañado por la concejala delegada de Turismo, Almudena Maíllo, y los concejales de los distritos de Centro, Arganzuela y Moratalaz, Carlos Segura, Lola Navarro y Nacho Pezuela, asistieron a la exposición de la imagen. Durante su intervención, Almeida expresó a Jesús de Medinaceli el deseo de “confianza y esperanza en el futuro”, reflejando la aspiración compartida por muchos de que tiempos mejores están por venir.
La imagen de Jesús de Medinaceli, situada entre las cinco basílicas destacadas de Madrid, es una obra del círculo del escultor sevillano Juan de Mesa y data del siglo XVII. Representa el momento de la condena a muerte de Jesús por Poncio Pilato, y su nombre proviene del vínculo histórico con el duque de Medinaceli, en cuyos terrenos se resguardó en sus inicios.
Fundada en 1710 y reconocida con el título de Real desde su creación, la Archicofradía ha mantenido una estrecha relación con la familia real española, lo que reafirma su legado e importancia cultural. Desde su elevación a Archicofradía Primaria en 1928, ha recibido la potestad de agrupar congregaciones, contando actualmente con 42 cofradías filiales en todo el país.
Desde hace casi una década, la procesión de Viernes Santo cuenta con la presencia de Nuestra Madre la Virgen Dolorosa, quien acompaña a Nuestro Padre Jesús Nazareno, acentuando el sentido de comunidad y fe entre los participantes. A pesar de la suspensión de la procesión de este año, la devoción de los seguidores de la imagen se mantuvo firme, convirtiendo el evento en una muestra de resiliencia y esperanza compartida.