El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a varios miembros de su equipo de Gobierno, hizo acto de presencia en la salida procesional de la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, conocida popularmente como «los Estudiantes». Esta manifestación de fe, cargada de tradición y devoción, transitó por la emblemática Puerta del Sol, que desde el año pasado funge como carrera oficial de la Semana Santa madrileña.
Antes del despliegue procesional, la solemnidad invadió la Catedral de la Almudena con la ceremonia de la llave, rito de apertura de la Semana Santa de Madrid. Este evento culminó con la congregación de autoridades, entre ellas Marta Rivera de la Cruz, delegada de Cultura, Turismo y Deporte, y Almudena Maíllo, concejala delegada de Turismo, junto a Carlos Segura, concejal de Centro. La ceremonia estuvo marcada por el toque de la puerta santa con tres golpes de llave, ejecutado por la Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo, y la posterior apertura realizada por el diputado mayor de la Hermandad de la Borriquita de Madrid. La simbólica llave será custodiada hasta el Sábado Santo, cuando se repetirá el ritual de manera inversa en la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava.
Además, la jornada de Domingo de Ramos fue testigo del inicio de la procesión de la Hermandad del Padre Jesús del Amor. Este año, el recorrido desde la Catedral de la Almudena hasta la Iglesia de San Ildefonso fue acortado debido a las inclemencias del tiempo. Adicionalmente, Madrid albergó las procesiones de Nuestro Padre Jesús del Perdón, conocida como la procesión del Silencio, y la del Santísimo Cristo de la Fe y la Salud. En total, más de una veintena de procesiones recorrerán la ciudad hasta el Domingo de Resurrección.
La Semana Santa madrileña reafirma su importancia con la consolidación de la carrera oficial en el distrito de Centro, donde más de una decena de procesiones atravesarán la Puerta del Sol. La tradición se mantiene viva con la interpretación de saetas desde balcones emblemáticos por artistas flamencos de renombre, añadiendo una capa de emoción y fervor a esta celebración religiosa que se arraiga profundamente en la cultura de la capital española.