El exlíder de Podemos ha expresado su descontento con el alcalde de Madrid, tras no recibir autorización para presentar su último libro en un centro municipal de la ciudad. Según las declaraciones del político, esta decisión refleja una actitud de censura por parte de la administración local que, a su juicio, limita el acceso de los ciudadanos a distintas corrientes de pensamiento y al debate público. La negativa del alcalde ha sido interpretada por algunos sectores como un gesto político que busca restringir la presencia de voces críticas en los espacios públicos de la capital. En respuesta, el exlíder de Podemos ha buscado alternativas para realizar el evento en un lugar que garantice la libertad de expresión y el acceso al público interesado en su obra.
De acuerdo con fuentes del Ayuntamiento, la decisión se ha fundamentado en el cumplimiento de criterios administrativos y el uso apropiado de espacios públicos, y no por motivaciones políticas. Sin embargo, esta explicación no ha mitigado las críticas, y ha generado un intenso debate en las redes sociales y en distintos medios de comunicación. La polémica resalta las tensiones persistentes entre la administración municipal y sectores de la oposición, evidenciando las dificultades para gestionar espacios públicos en contextos de alta polarización política. Expertos en comunicación y política señalan que este tipo de incidentes subrayan la necesidad de definir políticas claras y equitativas en el uso de instalaciones municipales para eventos culturales y literarios.
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