La ciudad de Madrid está preparada para llevar a cabo una inversión significativa en infraestructura que se estima en 110 millones de euros. Este proyecto está diseñado para coexistir con otros desarrollos urbanos importantes, como la cubrición de la M-30 en la zona de Ventas y el soterramiento de la A-5. Estas iniciativas buscan mejorar la movilidad y la calidad de vida de los ciudadanos, aliviando la congestión vehicular y reduciendo el ruido en áreas densamente pobladas.
El ambicioso plan se enmarca en un esfuerzo mayor por transformar la ciudad en un espacio más moderno y habitable. Según las autoridades locales, estas obras no solo facilitarán el tráfico, sino que también proporcionarán nuevas áreas verdes y espacios públicos para el disfrute de los residentes. Esta serie de proyectos demuestran el compromiso de la capital española por apostar por un urbanismo sostenible y adaptado a las necesidades contemporáneas.
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