La reciente celebración del Debate sobre el Estado de la Ciudad estuvo marcada por la controversia al no haber sido invitado el Delegado del Gobierno. Esta omisión generó críticas y reacciones tanto en el ámbito político como en la opinión pública, al considerarse que su participación era clave para abordar temas de seguridad y coordinación institucional en Madrid. El Ayuntamiento justificó su decisión argumentando que el formato del evento estaba diseñado únicamente para la intervención de representantes municipales, lo que no logró apaciguar las tensiones.
En el debate, se discutieron diversas cuestiones que afectan a la capital, como la movilidad, la vivienda y la sostenibilidad. Sin embargo, la ausencia del Delegado subrayó las divisiones entre distintas administraciones, poniendo de relieve la necesidad de un diálogo más inclusivo y colaborativo. La polémica generó un llamado generalizado a reexaminar los criterios de participación en eventos de tal magnitud, advirtiendo sobre el riesgo de que estas exclusiones puedan fomentar divisiones innecesarias en el manejo de asuntos cruciales para la ciudad.
Leer noticia completa en El Mundo.