Alejandro «Alito» Moreno, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), promete una «profunda reforma» en respuesta a las críticas por la reciente derrota electoral. Moreno, que busca refrendar la confianza de 6.6 millones de votantes, plantea incluso posibles cambios en el nombre, colores y logo del partido. Pese a la posibilidad de su continuidad en el cargo tras el fin de su mandato en octubre, la propuesta ha ocasionado burlas por parte de adversarios políticos. La renovación será discutida en la próxima asamblea nacional del partido, aunque no hay una fecha definida. Criticado internamente, Moreno asegura que cualquier decisión final estará en manos de los delegados. El dirigente, quien tomará posesión de un escaño en el Senado el 1 de septiembre, pretende impulsar un PRI más tecnológico y cercano a la ciudadanía.
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