La reconocida economista ha manifestado su preocupación ante el impacto negativo de los numerosos casos de corrupción en el país, advirtiendo que estos incidentes deterioran la imagen y la credibilidad a nivel internacional. Según sus declaraciones, el crecimiento económico registrado en los últimos años no está logrando resolver problemas fundamentales de la microeconomía que afectan a la mayoría de los ciudadanos. Este desajuste pone en evidencia la necesidad de abordar de manera efectiva la desigualdad económica y mejorar la calidad de vida de la población.
Adicionalmente, la experta ha hecho hincapié en la falta de un «proyecto de país» que oriente las políticas económicas hacia objetivos claros y sostenibles a largo plazo. La ausencia de una estrategia integral que cohesione el desarrollo económico con el bienestar social está limitando el potencial de crecimiento inclusivo. La economista destaca la urgencia de establecer políticas que no solo fomenten el crecimiento macroeconómico, sino que también fortalezcan la microeconomía y promuevan una distribución equitativa de los recursos.
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