El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) alcanzó una histórica victoria en Turingia y fue el segundo más votado en Sajonia, según sondeos. Su líder, Alice Weidel, una feminista abiertamente lesbiana, utiliza su condición sexual y su familia multirracial en sus discursos contra la inmigración, argumentando que inmigrantes descontrolados amenazan a familias como la suya. Aunque AfD niega vínculos con el neonazismo, ha sido criticado por recibir donaciones de Rusia y por los lazos neonazis de algunos dirigentes. La posición del AfD contra la inmigración y el apoyo militar a Ucrania ha resonado en estos estados del este de Alemania, antiguos territorios de la RDA que aún temen una nueva guerra y enfrentan desequilibrios económicos desde la reunificación en 1990.
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