Una alarmante situación se vive en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, donde empleados han denunciado la presencia de una plaga de chinches que afecta sus puestos de trabajo. Esta situación ha generado un incremento de reportes de picaduras, lo cual preocupa al personal debido a las condiciones insalubres que enfrentan. Las chinches, pequeñas y sin alas, se alimentan de la sangre humana, causando picaduras que suelen desaparecer en una o dos semanas, pero en algunos casos pueden provocar reacciones alérgicas severas. Aunque no transmiten enfermedades, su presencia representa un reto significativo para la salud pública.
Habitualmente, las chinches se refugian en grietas y dobleces, aumentando el riesgo en lugares de alto tránsito como aeropuertos. Distinguir sus picaduras puede ser complicado, ya que se asemejan a las de otros insectos o sarpullidos, manifestándose como manchas inflamadas y pruriginosas. Controlar estas infestaciones es complejo, requiriéndose la intervención de exterminadores profesionales. Las medidas incluyen el uso de aspiradoras, el lavado con agua caliente y, en casos más extremos, deshacerse de objetos infestados. Es crucial abordar estas infestaciones para mantener la salud y el bienestar de los trabajadores y usuarios del aeropuerto.
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