El este de la República Democrática del Congo enfrenta una crisis humanitaria de magnitudes alarmantes, donde la violencia sexual contra los niños se ha convertido en una tragedia cotidiana. En un informe impactante, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) ha dado a conocer que entre enero y febrero de este año, miles de niños han caído víctimas de violación y violencia sexual. James Elder, portavoz de la organización, subrayó durante una conferencia de prensa que los menores representan entre el 35% y el 45% de casi 10,000 casos denunciados en este breve período. Esta estadística desvela una realidad devastadora: cada media hora, un niño es víctima de violación en esta convulsa región.
Elder calificó esta violencia como un arma deliberada de guerra, diseñada para sembrar el terror en la población. Esta crisis no solo afecta a los niños, sino que sacude a familias y comunidades enteras, ya que las cifras divulgadas apenas reflejan la superficie de un problema mucho más profundo. Muchas de las víctimas se encuentran atrapadas en un espiral de miedo y estigmatización que les impide denunciar, lo que sugiere que las cifras reales podrían ser aún más escalofriantes.
Ante esta inaceptable crisis, Elder hizo un llamado a una respuesta colectiva e inmediata para socorrer a los sobrevivientes, quienes necesitan atención médica y apoyo psicológico. Sin embargo, la crónica falta de fondos para las operaciones humanitarias ha exacerbado el sufrimiento. La menor disponibilidad de recursos afecta directamente a las víctimas, muchas de las cuales, en su mayoría niñas, no reciben ni siquiera la atención médica esencial tras las agresiones. Elder compartió la historia de una niña de trece años que quedó embarazada a consecuencia de una violación, destacando que tales episodios son cada vez más frecuentes y quedarán sin resolver a menos que se tomen medidas afirmativas.
Este contexto de insuficiencia financiera podría dejar a 250,000 niños sin servicios críticos relacionados con la protección en situaciones de violencia de género y conflictos armados. Las proyecciones para 2026 son igualmente desoladoras, con estimaciones que predicen que 100,000 niños congoleños no recibirán la vacuna contra el sarampión y casi medio millón carecerá de agua potable. Estos déficits no solo agravan la crisis actual, sino que socavan también los logros obtenidos previamente en materia de salud y bienestar infantil.
La situación exige un compromiso renovado de la comunidad internacional y una acción coordinada para enfrentar tanto las causas inmediatas como estructurales de esta crisis humanitaria. Sin ello, las vidas de miles de niños en la República Democrática del Congo y en los países vecinos seguirán corriendo peligro mientras esta tragedia desgarradora continúa desarrollándose.