Un total de 84 departamentos en Francia han activado la «alerta naranja» debido a condiciones climáticas extremas, al igual que varias comunidades autónomas en España. En Portugal, dos tercios de su superficie están bajo alerta, y en Italia, al menos veinte ciudades, desde Milán hasta Palermo, enfrentan situaciones similares. Estas medidas reflejan la preocupación creciente en Europa por el feroz calor y los incendios que amenazan la seguridad de sus ciudadanos y complican los esfuerzos de control y prevención de desastres naturales.
Por otro lado, Grecia ha declarado el estado de emergencia en la isla de Quíos debido a los incendios que se están propagando rápidamente. Las llamas, avivadas por las altas temperaturas y los fuertes vientos, han obligado a las autoridades a tomar medidas drásticas para salvaguardar a la población y controlar el avance del fuego, resaltando la urgencia y gravedad de la situación climática que afecta a gran parte del continente europeo.
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